Desde que conocimos la ocurrente idea del Cádiz CF SAD y el equipo de gobierno (tanto monta monta tanto) de traer a Carranza como marca nos hemos preocupado de realizar esa labor pedagógica a la que también hace mención la ley 20/22: investigación, divulgación y otras formas de sensibilización, con el objetivo común de fomentar, promover y garantizar en la ciudadanía el conocimiento de la historia democrática española.

Con este propósito y con la inestimable colaboración de los historiadores gaditanos José Luis Gutiérrez, Santiago Moreno y Pepe Petenghi, tenemos referencias de casos espeluznantes que ocurrieron en Cádiz con Ramón de Carranza como alcalde:  “El caso de Antonio Peña”, “El caso de Bouha Feria”, “El caso del chirigotero Crespillo Lavié”.

Hoy traemos un nuevo expediente ocurrido con el alcalde Carranza: “El caso Cossi Ochoa” y para ellos aportamos un video de  Jesús Narciso Núñez Calvo, coronel de la Guardia Civil y Doctor en Historia, que nos desvela sus investigaciones sobre el que fuera último presidente de la II República de la Diputación de Cádiz,

Francisco Cossi Ochoa, como presidente de lo que sería la Diputación Provincial de Cádiz (Comisión Gestora) celebraba una sesión ordinaria en la sede en Cádiz de la Diputación el 15 de julio de 1936.

Tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la caída de la Diputación Republicana se constituyó, por parte de los sublevados, una nueva Comisión Gestora el 5 de agosto de 1936.

El entonces gobernador civil y alcalde de Cádiz, Ramón de Carranza Fernández de la Reguera –Marqués de Villapesadilla-, abrrió la sesión del 5 de agosto. Su intervención fue recogida así en el Acta de la sesión por el secretario accidental: “Dice que quiere y espera que esta sea una Diputación modelo, pues él como gobernador y como alcalde dará ejemplo, pues hoy ha comenzado precisamente en el Ayuntamiento, donde no dejará más que a los funcionarios buenos, esta misma depuración es la que confía en que se haga aquí”.

Nadie sabe con certeza en qué fecha desapareció Francisco Cossi. Se puede deducir por documentos encontrados varias décadas después que Cossi, junto con Azcárate, Dueñas y Macalio fue sacado del castillo de Santa Catalina, donde se encontraba preso, el 16 de agosto de 1936 y se le aplicó un Consejo de Guerra que fue finalmente una farsa.

En los archivos de la antigua prisión provincial de Cádiz, la última anotación que le consta en su expediente es que fue conducido el 17 de agosto a la Fábrica de Torpedos (actual Instituto Hidrográfico de la Armada). Pero no hay datos que lo corroboran. Nunca más se supo de él.

El 16 de agosto de 1936, se llevó a cabo una ejecución sumaria en los fosos de Puerta de Tierra, Cádiz. Entre los ejecutados se encontraban Azcárate y Macalio, cuya sentencia fue dictada por el general Queipo de Llano, pasando por encima de la autoridad del juez instructor. Junto a ellos, fueron fusilados el capitán de Infantería retirado Antonio Muñoz Dueñas, el diputado socialista Rafael Calbo Cuadrado y el obrero Julián Pintos Uriarte.Esta ejecución, realizada sin el debido proceso legal, generó durante mucho tiempo la creencia errónea de que Francisco Cossi había corrido la misma suerte que sus compañeros.

En realidad, el destino de Cossi ya estaba sellado bajo la siniestra práctica conocida como «aplicación del Bando», eufemismo utilizado para encubrir ejecuciones extrajudiciales. La arbitrariedad de este proceso quedó patente cuando, más de un año después de su desaparición, el 21 de diciembre de 1937, el general Queipo de Llano -nombrado hijo adoptivo de Cádiz por Ramón de Carranza en septiembre de 1936- decretó el sobreseimiento definitivo de la causa.

Esta decisión tardía no hizo más que subrayar la ilegalidad tanto del bando como del consejo de guerra, evidenciando que el verdadero objetivo había sido la eliminación de opositores políticos, sin consideración alguna por los procedimientos legales o los derechos humanos.

Pliego de descargo de Francisco Cossi Ochoa

Otros documentos de Francisco Cossi Ochoa

Documentación obrante en el Archivo Histórico del Tribunal Militar Segundo en Sevilla.

Proceden de la sumaria del consejo de guerra contra Cossi, Macalio y Azcárate que desglosaron del primero abierto contra las autoridades apresadas en el Gobierno Civil. Consejo que nunca se sustanció porque los tres fueron asesinados antes.

Bibliografía recomendada sobre Francisco Cossi Ochoa

Si en un artículo anterior hablábamos de la ridícula utilización de un Silogismo Cornuto como estrategia del equipo de Gobierno para defender el nombre de «Carranza»; ahora podemos ver que algunos de los defensores de este nombre recurren al principio de Economía del Lenguaje como desesperado argumento para defender lo indefendible.

La Economía del Lenguaje se define como un proceso evolutivo enfocado a la minimización del esfuerzo invertido a la hora de hablar, escribir o expresarse en general. Es decir, un recurso para expresar lo mismo con menos palabras.

Al margen de que, histórica y popularmente, nos hayamos referido al estadio de fútbol de nuestra ciudad como «el Carranza» o simplemente «el Estadio», lo cierto es que en ambos casos se trata de un recurso de Economía del Lenguaje para referirnos al nombre que el estadio tenía hasta junio de 2021, esto es, «Estadio Municipal Ramón de Carranza», un nombre demasiado largo para usarlo de forma popular tanto en el lenguaje oral como escrito. Pero ninguno de los dos términos implica que se haya olvidado el nombre oficial, ni que se haya desconectado de la persona que le daba nombre.

Cuando lo llamábamos «el Carranza» (y cualquiera es libre de seguir llamándolo así) o «el Estadio» (como se seguirá llamando de forma popular) o de ambas maneras según las circunstancias, se sabía de sobra, y hoy se sabe todavía más, cuál era el nombre completo del estadio, así como la persona a la que rendía homenaje, salvo que se viviera en un mundo paralelo o no se quisiera saber. Si se le llamaba «el Carranza» era, sencillamente, para acortar su nombre completo, sin que ello supusiera un olvido y desconexión de su nombre oficial.

¿Estadio Carranza es un nombre despersonalizado?

Ejemplos similares tenemos muchos en nuestra propia ciudad, porque en eso somos especialistas. Pero, además, pasa con la mayoría de nombres de otros estadios dedicados a personas, como «el Bernabéu», «el Pizjuán», «el Villamarín» o el antiguo «Calderón», sin que ello signifique el desarraigo de la persona que les da nombre.

Pretender que el nombre «Carranza» como nombre del estadio quede de un plumazo despersonalizado de la persona que durante 65 años le dio nombre (Ramón de Carranza), que fue quien fue e hizo lo que hizo (cosa que, afortunadamente, ya no discute nadie) amparándose en un uso tan cotidiano como el principio de Economía del Lenguaje resulta, cuánto menos, chocante, siendo generosos.

 

Manuel Granado Palma
Plataforma Carranza Incumple

Siete años después, le quitan Don Ramón y le meten la Buena fe.

Noviembre 2017:

Recordamos cuando Juancho Ortiz, con franqueza, no veía que llamar Don Ramón de Carranza a un espacio público significara exaltación del golpe de Estado y la represión.

Estas son imágenes que hoy cobran una especial relevancia. A la derecha de Juancho Ortiz, por entonces en la oposición en el grupo municipal del PP, se encuentra Bruno García, el actual alcalde de la ciudad.

Julio 2024:

Llama poderosamente la atención como la defensa que el también hoy concejal Ortiz hacía de Don Ramón de Carranza para mantenerlo en los espacios públicos de Cádiz contrasta con la actual posición del alcalde García de proponerlo que vuelva pero como marca y recurriendo a la buena fe de su propuesta.

Todo un fraude de ley además de una ocurrencia de imposible encaje democrático y enfrentado frontalmente con el respeto que merece la ciudad de Cádiz, en especial los familiares de los represaliados, depurados o asesinados bajo la firma implacable de Don Ramón.

José Luis Gutiérrez Molina es historiador y psicólogo. Por su trayectoria y experiencia vital de los últimos veinte años quizás sea una de las personas que más han trabajado y estudiado lo ocurrido en Cádiz, sí en Cádiz, en el triste verano y otoño de 1936, los hechos ocurridos tras el cruento golpe de Estado.  Precisamente hoy nos trae una experiencia y relato muy valioso para que los gaditanos y gaditanos de 2024, que incluyen, por qué no, a los niños de 13 años que viajan inocentes en un autobús de línea con una sudadera del Cádiz CF, sepan bien a las claras lo que suponía el ordeno y mando de la firma de Carranza en un documento público. Un documento, como este, que sirvió para que el Carranza alcalde de Cádiz en septiembre de 1936 fuera cesado fulminante de su condición de empleado público simplemente por apoyar al Frente Popular, una coalición de partidos que con más del 60% de los votos se había hecho con la alcaldía de Cádiz.

Documento de esos años donde Carranza con su firma, sanciona con la expulsión del servicio a Juan Villar García por simplemente simpatizar con el Frente Popular. Tres años después fue readmitido sin más.

Documento de esos años donde Carranza con su firma, sanciona con la expulsión del servicio a Juan Villar García por simplemente simpatizar con el Frente Popular. Tres años después fue readmitido sin más.

El caso de Villar García de Movellán por José Luis Gutiérrez Molina

Los franquistas, y la derecha en general hacen bandera de un supuesto “apoliticismo” que no es más que ser eso, de derechas. En el verano de 1936 no pensaban así. Fue lo que le ocurrió al empleado municipal Villar García de Movellán, depurado en agosto de 1936 y readmitido a finales de 1939.

José Antonio Villar García  de Movellán era auxiliar de la lonja del mercado que estuvo entre los primeros depurados. Fue uno de los que no se resignó y, en marzo de 1939, presentó ante el ministerio de Gobernación franquista una solicitud de reingreso. Villar había nacido en 1900 en Puerto Real, vivía en la calle Encarnación, estaba casado y tenía tres hijos. Ingresó en el ayuntamiento en octubre de 1934 como auxiliar de la lonja de verduras y fue separado de forma definitiva, en virtud de la circular gubernativa, en octubre de 1936. Siempre negó haber pertenecido a ningún partido de izquierdas o haber colaborado con el Frente Popular.

En septiembre de 1936 presentó un recurso que le fue denegado. En 1939 el ayuntamiento se dirigió al Gobernador Militar y a los diversos servicios de información de los diferentes organismos ya franquistas para pedirle todos los informes y datos que tuvieran sobre Villar y su depuración. Como instructor fue nombrado el gestor Manuel Salamea quien le citó para declarar.

Villar reconoció que había pertenecido durante unos meses a IR para poder ascender dentro del trabajo, pero que nunca había sido activo. Tampoco había votado por no estar inscrito en el censo. En julio de 1936 había permanecido en su puesto de trabajo y se reincorporó el lunes 20 a primera hora. Mientras habían ido llegando los informes policiales y de las otras instituciones franquistas; confirmaban lo que había declarado: no estaba en el censo y su afiliación a IR había sido del mismo julio de 1936. Además, decían que tenía fama de buen trabajador y fiel cumplidor de sus obligaciones.

Salamea presentó su informe el 19 de septiembre. Concluía que, por su pertenencia a IR, su cese había sido llevado a cabo regularmente en virtud de la circular gubernativa. Pero propuso que el tiempo pasado y la ley de marzo de 1939 permitían que Villar fuera repuesto. Así quedó aprobado en el pleno municipal de unos días más tarde.

Eso sí, consideraba que el tiempo separado, más de tres años, era una sanción justa por su pertenencia a IR durante 17 días de julio de 1936 no tenía derecho a el devengo de los sueldos de esos años.

Manuel Granado Palma concluyó su intervención en el Pleno del jueves 26 de septiembre dirigiendo unas palabras al alcalde García recordando que este lunes se cumplían 88 años del asesinato de De la Pinta, con Carranza en el cargo de alcalde, el mismo cargo desde el que ahora, el alcalde García, con buena fe dice y como marca de no se qué, quiere traer otra vez a Carranza a nuestro Estadio.

¿Quién fue Manuel de la Pinta Leal?

Manuel de la Pinta Leal, malagueño por parte de madre y madrileño por parte de padre llegó a ser alcalde de la ciudad de Cádiz en dos periodos, los dos elegido democráticamente por el pueblo de Cádiz: de 1933 a 1935 y del 20 de febrero de 1936 al 18 de julio del mismo año, fecha en la que se perpetró el Golpe de Estado. Las elecciones legislativas del 16 de febrero dieron en Cádiz la victoria al Frente Popular, lista que encabezaba Manuel De la Pinta. Para la capital gaditana las votaciones quedaron de la siguiente manera

  • Frente Popular   13.927   61´3%
  • Frente Antirrevolucionario  8.783 38´7%

Cuando tiene lugar el golpe de Estado el 18 de julio, a Manuel de la Pinta que volvía a Cádiz se le pierde el rastro en El Carpio (Córdoba), cuando regresaba de Madrid tras realizar exámenes de unas oposiciones a médico forense. Unos meses después, el 30 de septiembre de 1936, fue fusilado.

¿Qué pasó en ese tiempo?

La trágica odisea de Manuel de la Pinta, último alcalde republicano de Cádiz, ha sido revelada por historiadores como Santiago Moreno Tello, Alicia Domínguez, Julio Piñeiro o José Luis Gutiérrez. Tras el golpe de Estado, De la Pinta se refugió en un hotel de Córdoba el 19 de julio de 1936, donde permaneció aislado durante 57 días. Agotados sus recursos, vendió su reloj de oro para cubrir parte de su estancia.

El 13 de septiembre, con una deuda de 380 pesetas, fue descubierto y detenido por requetés gaditanos. A pesar de su cautela, evitando salidas y contactos, no pudo eludir su captura. Trasladado a Cádiz el 26 de septiembre, fue encarcelado en el castillo de Santa Catalina y ejecutado cuatro días después en los fosos de las Puertas de Tierra, sin juicio ni delito probado.

Un telegrama encontrado por Moreno en el Diario de Cádiz del 15 de septiembre de 1936 confirma su detención, descrita por el capitán del Primer Requeté de Cádiz. Este documento arroja luz sobre los últimos días del alcalde republicano.

Su ejecución ocurrió bajo el mandato de Ramón de Carranza, quien había usurpado la alcaldía tras unirse a los sublevados en julio. El silencio impuesto sobre estos hechos duró cuatro décadas, hasta que finalmente se pudo hablar y escribir sobre el destino de Manuel de la Pinta Leal, víctima de la represión franquista en los primeros días del golpe militar y donde Carranza, Varela y Queipo de Llano, así está probado, fueron los ejecutores intelectuales de la mayor represión y depuración vivida en Cádiz y provincia en ese periodo.

Aunque ya está más que documentado, quizás muchos gaditanos no conozcan que De la Pinta Leal tenía como pareja a María Alba Medina, la hermana de Paco Alba, que en 1936 tenía 18 años. Precisamente fue la madre de Paco Alba quien se hiciera con los restos de Manuel de la Pinta tras ser fusilado pues su familia paterna se encontraba en Málaga donde su padre había sido destinado a consecuencia de una enfermedad.

Hoy le rendimos homenaje. Y todavía hay quienes quieren vendernos las bondades de Carranza como marca. Alucinante.

 


Bibliografía recomendada sobre Manuel de la Pinta Leal, el alcalde fusilado en los fosos de Puerta de Tierra con Carranza de Alcalde

EL PP DE CÁDIZ UTILIZA UN SYLLOGISMUS CORNUTUS COMO ÚNICO «RAZONAMIENTO» PARA VOLVER A LLAMAR AL ESTADIO CON EL NOMBRE DE CARRANZA

Un silogismo cornuto consiste en un argumento formado por dos proposiciones contrarias disyuntivamente, de tal manera que, negada o concedida cualquiera de las dos, queda demostrada una determinada conclusión.

Un ejemplo sería el siguiente:

  1. Rechazo y estamos totalmente en contra de cualquier tipo de violencia.
  2. Ponte ahí, que voy a coger carrerilla para pegarte tremendo patadón en el culo.

Conclusión:

Como yo rechazo la violencia; se demuestra que pegarte el patadón en el culo no es violencia.

Pues la utilización de tan ridículo y pueril silogismo cornuto es el único argumento que tiene el PP de Cádiz para defender la vuelta del nombre Carranza para el estadio de la ciudad.

Así, presentan en el Pleno del pasado jueves 26 de septiembre una enmienda de sustitución con dos puntos (proposiciones):

  1. Rechazamos que cualquier espacio o edificio público de la ciudad identifique a personas que participaron activamente en la política de represión y depuración llevada a cabo en la ciudad tras el golpe de Estado de 1936, comprometiéndose al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
  2. Seguiremos con el procedimiento iniciado a petición del Cádiz CF SAD para cambiar el actual nombre del estadio para ponerle Estadio Carranza.

Conclusión:

Como rechazamos la identificación de edificios públicos con personas participantes en la represión y golpe de Estado; se demuestra que el nombre Estadio Carranza no homenajea a ninguna persona participantes en la represión y golpe de Estado.

 

¡ Y se quedan tan panchos !

 

Enmienda de sustitución

Como estaba anunciado, hoy se ha celebrado el Pleno ordinario del Ayuntamiento, en el que Adelante Izquierda Gaditana presentaba una moción en la que, junto a Carranza Incumple, exigía al equipo de Gobierno encabezado por Bruno García que paralizara el expediente para cambiar el nombre del Nuevo Mirandilla por Carranza. La moción contaba, además, con el apoyo expreso, como así nos fue anunciado tanto por Óscar Torres como José Ramón Ortega del Grupo Municipal Socialista.

Además, hemos contado con la presencia de Felipe Barbosa,  presidente de la Asociación para la Recuperación y Divulgación de la Memoria Histórica en Cádiz y también con la presencia de Irina Sainz, presidenta de la Junta de Personal del Ayuntamiento de Cádiz, como refrendo del firme posicionamiento de ambas organizaciones en el desatino del alcalde en coger el camino del incumplimiento y el desprecio a la memoria democrática con la historia de Cádiz.

A continuación reproducimos la intervención completa de Manuel Granado Palma, que ha sido la persona que, en representación de Carranza Incumple, ha defendido nuestros argumentos para que el alcalde desista, pare y mande al último cajón de su despacho la inexplicable ocurrencia que tuvo la osadía y desfachatez de presentar el último viernes de julio, el último día antes de irse de vacaciones.

Adicionalmente adjuntamos el video del pleno al completo, la intervención de la plataforma comienza en el minutaje de 5 horas y 24 segundos:

 Cádiz, [25-09-2024] –  La Plataforma Ciudadana «Carranza Incumple» se dirigió hace unos días al órgano de representación del personal funcionario del Ayuntamiento de Cádiz con objeto de que el citado órgano formulase un pronunciamiento sobre el procedimiento iniciado por el alcalde Bruno García León de retomar el apellido Carranza como denominación del Estadio municipal de fútbol de la ciudad.

El Pleno de la Junta de Personal trató este asunto en la sesión celebrada el pasado día 23 de septiembre. Hoy hemos recibido una comunicación como adelanto de lo que fue aprobado y que tendrá reflejo en el acta oficial de la sesión plenaria. Es la siguiente:

Comunicado Junta Personal Ayuntamiento de Cádiz

El mensaje que transmiten es claro: no solo muchos aficionados del Cádiz CF y ciudadanos se oponen al cambio de nombre, sino que también los propios funcionarios de la administración local que él dirige han expresado, de manera democrática y unánime, su rechazo a la propuesta.

La Plataforma «Carranza Incumple» expresa su satisfacción por esta intervención del órgano representativo de los funcionarios municipales. Consideran que esta decisión, lejos de ser meramente simbólica, debería provocar una reflexión profunda en el alcalde de Cádiz.

La inoportuna, improcedente, inconveniente iniciativa/ocurrencia de Bruno García León, alcalde de Cádiz, de apelar a la buena fe para impulsar una idea del Cádiz CF de renombrar otra vez al estadio municipal de la ciudad de Cádiz con el apellido Carranza ha removido la conciencias de muchos de nosotros.

Así, el historiador y psicólogo José Luis Gutiérrez Molina ha desenterrado del olvido el caso de Carlos Bouha Feria, un empleado temporal del Ayuntamiento de Cádiz cuyo destino quedó envuelto en el manto de la represión tras el golpe de Estado ejercida por el alcalde Ramón de Carranza y que fue especialmente virulenta para los empleados municipales. Este sevillano afincado en Cádiz, que trabajaba en la sección de Estadística del consistorio, se convirtió en una de las primeras víctimas de la purga llevada a cabo por el régimen golpista en julio de 1936.

La investigación revela que Bouha Feria fue cesado el 22 de julio de 1936, tras no presentarse a su puesto de trabajo. Este hecho lo situó en el punto de mira de la nueva administración encabezada por Eduardo Aranda Asquerino, yerno de Ramón de Carranza y pieza clave en la liberación del general Varela. Los archivos municipales y militares dibujan un retrato fragmentado de Bouha, vinculándolo con organizaciones como el Socorro Rojo Internacional y las Juventudes Socialistas Unificadas.

La complejidad de su apellido de origen belga generó confusiones en los registros oficiales, apareciendo como «Bolina» o «Boulia» en diversos documentos. Esta inconsistencia en los registros ha dificultado aún más el seguimiento de su paradero. Se sabe que vivía con su hermana Luisa en el número 22 de la calle Sopranis y que ambos militaban en las Juventudes Socialistas Unificadas.

El destino final de Carlos Bouha Feria sigue siendo un misterio. Existe la posibilidad de que sus restos se encuentren entre los cuerpos no identificados enterrados en el cementerio de Cádiz durante los primeros meses del conflicto. Sin embargo, la falta de registros sobre su detención o encarcelamiento deja abierta la posibilidad de que hubiera logrado huir.

El caso se complica aún más con la historia de su hermana Luisa, quien fue encarcelada el 19 de septiembre de 1936 y liberada en diciembre bajo la inquietante frase «entregada a los agentes». Esta información añade una capa adicional de misterio a la historia familiar.

Gracias a la iniciativa de un nieto de Luisa Bouha, quien contactó con la Oficina Municipal de Memoria Histórica de Cádiz, se ha reavivado el interés por este caso. Aunque Carlos Bouha Feria sigue desaparecido, esta nueva información contribuye a recuperar su memoria y podría conducir a esclarecer su destino final.

Este caso ejemplifica la complejidad de la investigación histórica sobre la represión ejercida bajo el mandato de Carranza en Cádiz. Subraya la importancia crucial de la memoria familiar en la reconstrucción de estos episodios oscuros de nuestro pasado reciente. Sin embargo, como señala Gutiérrez Molina, es probable que nunca se logre cerrar completamente el círculo de los asesinados por los golpistas de julio de 1936, debido al tiempo transcurrido, la destrucción deliberada de documentos, y la desaparición de testigos directos.

La historia de Carlos Bouha Feria nos recuerda la importancia de continuar investigando y documentando estos casos, para que las víctimas de la represión franquista no caigan en el olvido y sus historias puedan ser finalmente contadas.

 

Ramón de Carranza, alcalde de Cádiz durante el golpe de Estado de 1936, creó una milicia local que desempeñó un papel crucial en la represión de los opositores al alzamiento militar. Los leales a la República comenzaron a ser encarcelados en el Castillo de Santa Catalina, establecido como prisión militar, mientras que el Castillo de San Sebastián fue el lugar elegido para las ejecuciones. Otros serían llevados a un barco que, a partir del día 22 de julio, se utilizaría como prisión flotante en plena bahía, el conocido buque Miraflores. que fue utilizado como «checa» o prisión provisional. Además de la labor de vigilancia, los miembros de esta milicia realizaban tareas de «escucha» y delación, identificando a posibles opositores o simpatizantes de la República. Este sistema de vigilancia y denuncia creó un clima de terror entre la población civil.

Un caso destacado de esta represión fue el de Antonio Peña Pérez, un conocido anarquista al que la policía consideraba un «peligrosísimo hombre de acción». Peña fue detenido por la milicia de Carranza tras ser delatado por uno de los que formaban parte de la milicia y «prestaban servicio» en el Miraflores.

El caso de Antonio Peña Pérez es particularmente trágico porque, hasta el día de hoy, sigue siendo uno de los muchos «desaparecidos» de la Guerra Civil y la posterior represión franquista. Un caso que cobra luz con los documentos que nos aporta José Luis Gutiérrez Molina  y que corresponden tanto a la nota manuscrita delatora firmada por un teniente de navío (Manuel Pasquín) destinado en la autodenominada prisión flotante «Miraflores» y otra la declaración tomada a un testigo de los hechos (Ángel Almeida) por parte del Juez Militar (Nicolás Chacón). Documentos ambos que demuestran cómo actuaba en esos días la milicia local creada por Carranza. Motivos: usar la palabra «revolución» y oír decir a su mujer que «si les faltaba comida se echara a la calle.»

Peña fue asesinado. Su cuerpo nunca fue encontrado ni entregado a su familia, lo que ha impedido darle una sepultura digna y ha dificultado el proceso de duelo y cierre para sus seres queridos. Este tipo de acciones por parte de la milicia de Carranza y otras fuerzas afines al golpe militar contribuyeron a crear un ambiente de miedo y represión en Cádiz, que se extendió durante los años de la guerra y la dictadura subsiguiente.

La plataforma «Carranza Incumple» continúa con la difusión de estos hechos históricos realizando la labor pedagógica que inspira la actual ley de memoria democrática para que los poderes públicos, la ciudadanía, y, sobre todo nuestro alcalde desista de lo que pretende resucitando a Carranza. CÁDIZ NO SE LO MERECE.