La cara y la cruz
La cara
Éstos últimos días, en esta nuestra ciudad, se ha producido un hecho que por su naturalidad y normalidad merece ser reseñado. Se ha cambiado el nombre a un colegio público muy querido por gaditanos y gaditanas, el antiguo Carola Ribed que ahora se llama CEIP María Valle. Estupendo y hermoso. Carola Ribed fue la esposa de Carlos María Rodríguez de Valcárcel, Gobernador Civil en Cádiz durante el franquismo. Carola Ribed fue miembro destacado y activo de la sección femenina de la Falange. Con la destrucción de esta barriada de San Severiano, en 1947, se mandó a construir el colegio. Pasaron los años y este colegio, como otros colegios, estaba destinado a desaparecer, pero entonces la presidenta del AMPA, tan necesaria, se negó a que el colegio de sus hijas desapareciera, y empezó a luchar para que así fuera y lo consiguió. No solo eso , consiguió también una ubicación de unos 4.000 metros para que se construyera otro, por el que le estaremos eternamente agradecidos, un colegio muy bonito, al que las sobrinas de éste que les escribe han podido acudir y formarse y educarse de una manera inmejorable. Gracias siempre.
Muy contentos por esto, se cumple la ley de Memoria Histórica. Nadie protesta Se hace con una naturalidad y normalidad encomiables, y se le da su lugar a una mujer íntegra y luchadora, María Valle, (como lo fue su padre, su hija y toda su familia). Felicidades, felicidades a todos y todas, a María Valle y su familia, a la dirección del cole, a los niños y niñas y por supuesto, a José Manuel Cossi, teniente alcalde y al frente de la delegación de memoria en el ayuntamiento. Muy bien, ¿ve cómo cumplir con la ley de memoria democrática no es tan difícil?.
A todos, el cariño de los que forman esta plataforma de Carranza Incumple.
La cruz
Y mientras esto sucede, desde este verano ocurre todo lo contrario. Vamos a verlo. Un edificio público, El Estadio, que durante 66 años se llamón Ramón de Carranza, nombre del que fue alcalde de Cádiz durante dos periodos desde 1927 a 1931 (vino con el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera) y después de 1936 a 1937 (vino con el golpe de Estado franquista). En este segundo periodo, se encargó de organizar las milicias cívicas porque durante una semana también fue gobernador civil, Si bien, la guerra, no se dejó sentir en sobremanera en la ciudad, la represión, durante ese año, fue brutal, siendo el alcalde figura clave y activa, con sus informes y mandando a una muerte segura, a cientos de gaditanos y gaditanas.
Con las leyes de memoria, en el 2021, se le cambian el nombre, de este hombre que causó tanto dolor en esta tierra y se le puso “Nuevo Mirandilla” ya que el Cádiz, nuestro equipo tuvo un estadio que se llamó Mirandilla durante 22 años. Entonces, José León de Carranza, alcalde franquista, se puso a construir un estadio en honor a su padre (Ramón De Carranza) y con la ayuda de su hermano, que también se llamó, Ramón de Carranza, fue alcalde de Sevilla y presidente del Sevilla, donde inauguró el Sánchez Pizjuán. Así, el estadio “Ramón de Carranza” fue inaugurado en 1955 y el estadio sevillista en 1958.
¿Qué ha pasado en la ciudad? Pues lo que tenía que ser un proceso lógico de cambio de nombre por las leyes de memoria democrática, con normalidad y naturalidad, como se han cambiado calles, colegios y otros edificios públicos, se ha convertido en el proceso contrario, queriendo revertir el nombre del estadio (Nuevo Mirandilla) para poner el de un alcalde que tuvo participación directa en la muerte de muchos gaditanos.
Pero no nos debemos dejar engañar, la ley no lo permite. ¿por qué lo hacen entonces?
Pues el Cádiz C.F presenta la solicitud al ayuntamiento, y éste la acepta en días (cuánta rapidez, esperemos que todas las solicitudes funcionen de igual manera). Escriben y argumentan los dos, Cádiz y Ayuntamiento, que es un homenaje a la “memoria colectiva del Cadismo”, para la que Carranza es ya un nombre deportivo.
Partimos por tanto de premisas que no son verdad. Primero, soy cadista desde hace muchísimos años, mi afición no está bajo sospecha, pero sintiéndolo mucho, este no es un asunto solo de los cadistas, sino de todos los gaditanos y gaditanas, el edificio es municipal y a todos pertenece cualquier decisión, no a ningún club privado, nuestro ayuntamiento debería estar al cuidado de esto, pero no lo ha hecho.
En segundo lugar, dicen que “Estadio Carranza” es una marca, esta marca la pueden poner en cualquier sitio menos en un estadio cuya propiedad es de todos los gaditanos y gaditanas e incumple la ley de memoria, y hay que tener memoria para recordar el nombre que ha estado durante 66 años. Hay cosas que no nos cuentan, o lo hacen de pasada. Nuestro Cádiz CF es cada día más una empresa y no un equipo de fútbol, ¿saben que nuestros actuales gestores tienen la marca “Estadio Carranza “ registrada por una empresa de Sevilla que se dedica al registro de patentes desde el año 2017?.
Claro , comprendemos ahora que no es solo por “la memoria colectiva del cadismo”, sino que la empresa quiere rentabilizar esa marca, es un asunto económico y están en su derecho, hay muchas acciones ya, convenciones para autónomos, giras por el estadio, cenas de navidad, ser guardián del Carranza, antes era por antigüedad , ahora por un módico precio de 15 a 45 euros, partidos en Carranza, ver partidos en Carranza cuando el Cádiz no juega en casa, vean, que no pongo Nuevo Mirandilla, cada vez que pongo el otro nombre, estamos haciendo caja. En su derecho están, pero cumpliendo la ley, respetando el nombre que el estadio tiene y no intentando cambiarlo por un homenaje a la afición, en los últimos tiempos muy “homenajeadas” con burofaxes, identificaciones y falta del respeto incluso por los jugadores.
Vayamos con el Ayuntamiento. Saben que el cambio incumple la ley, se lo dicen todas las fuerzas políticas, se lo dicen todos los cargos de las leyes de memoria, se oponen al cambio de nombre los técnicos del ayuntamiento, la junta del personal… en fin un sinfín de respuestas negativas, que ellos tendrán en cuenta en el expediente que se está elaborando y que, de continuar con él, terminará, con seguridad, en los tribunales. Vuelven a caer en el mismo error que el Cádiz, es un homenaje para la afición, y no es un tema deportivo, es un tema de todos los gaditanos y gaditanas.
¿Han pensado como se siente los familiares de los asesinados hace casi 90 años? ¿No? Yo se lo diré, les invade el desánimo y la pena por ver que el apellido de aquel que mandó a matar a sus padres (hay muy poquitos) o sus nietos (empiezan a ser mayores) se quiere volver a poner en un edificio público. No es justo ni humano. Debería estar al frente el teniente alcalde Sr Cossi encargado de los asuntos de memoria, pero no está, porque se considera un asunto deportivo. No lo es. En las primeras Jornadas de Memoria que se realizaron en Cádiz este pasado mes de octubre, le preguntaron al señor Cossi qué iba a pasar con el nombre del Estadio. No hubo respuesta, solo se encogió de hombros.
No podemos felicitar a nadie en este caso, ni a Ayuntamiento ni al club de nuestros amores. Los intereses económicos, tanto como los ideológicos se tendrían que dejar a un lado. Las víctimas merecen respeto y reparación y sus familias sufrir lo mínimo posible.
Es fácil, reúnanse todos los políticos, los votamos gaditanos y gaditanas, y restablezcan la normalidad de unos actos terribles, que acontecieron en nuestra ciudad hace casi 90 años. Reparar esto no es ni de izquierda ni de derechas, es de justicia, pongan el nombre que quieran, menos el del nefasto alcalde.
A mí, personalmente, me gusta Mirandilla, aquel estadio en que los hombres acudían con sus canotier (sombreros de época) que en el descanso se repartía agua y naranjas y los niños se ponían en los dos fondos porque si salía un balón y lo cogían le daban una entrada. Sean buenos, que no sufra más la gente por esto, porque más que de “buena fe” parece que se hace de “mala leche”. No podemos felicitarlos en este caso, pero si cambian, no duden que lo haremos.
Andrés Sáinz Fernández,
Plataforma Carranza Incumple
Postdata. A cualquier cadista que no conoce quién fue Carranza y se le explica, comprende y no quiere el mal de nadie, esto es ser cadista también.